Lección 10. Degradación del suelo.

 

4. Evaluación de la degradación

Como la degradación del suelo es un proceso muy complejo, debido a muy diferentes causas y con consecuencias y efectos diversos, es muy difícil desarrollar un sistema único de evaluación.

Los principales organismos internacionales dedicados al medio ambiente se han venido preocupando de este grave problema y han desarrollado una serie de directrices de uso recomendado para las distintas naciones. En esta línea, FAO - UNESCO - PNUMA (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación - Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura - Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) han desarrollado un metodología para la evaluación de la degradación de los suelos de aplicación a todo el mundo (Metodología Provisional para la Evaluación de la Degradación de los Suelos, FAO, Roma, 1980).

 

4.1 Principios de trabajo

El principio fundamental de esta metodología es que el clima (en su concepto mas amplio que considera hasta los organismos que él condiciona) ataca los suelos, los cuales poseen una resistencia natural frente a las fuerzas degradantes y esta estabilidad es drásticamente modificada por la acción humana.

Un segundo principio trata la formación del suelo como un proceso dinámico, en continua evolución, y por tanto la metodología ha de poder evaluar de distinta manera a un suelo que se encuentre bien conservado pero que actualmente se esté degradando con rapidez de otro suelo que por el contrario se encuentre muy degradado pero que actualmente lo haga a una velocidad de deterioro muy pequeña.

Un tercer principio adoptado en esta metodología es que la evaluación de los riesgos alcanza su máxima utilidad cuando al realizar la evaluación se eliminan todos los factores relativamente inestables o no permanentes (como puede ser la vegetación o el uso actual) no se consideran al poder cambiar en un momento determinado. De esta manera las evaluaciones (que consumen tiempo y presupuesto) adquieren un carácter permanente (no se vuelven obsoletas por un simple cambio en el uso del suelo).

 

4.2 Términos de degradación

De lo expuesto en el apartado anterior se desprende que al hacer una evaluación de la degradación de los suelos existen varios enfoques.

Estado actual del suelo. Representa la valoración de como de degradado se encuentra el suelo. Es una medida de la degradación soportada por el suelo hasta el momento presente. Su evaluación es imprescindible para planificar la tolerancia de un suelo a la previsible degradación futura.

Degradación actual (intensidad de la). Es la degradación que actúa en el momento presente. Dado que la degradación se expresa como una velocidad anual, es decir, como la intensidad del proceso, y no como el daño acumulado desde el pasado hasta el presente, la información referente a la degradación actual debe complementarse con la información relativa al estado actual del suelo, con el fin de poder determinar cuanta degradación puede soportar el suelo.

Riesgo de degradación. Es el riesgo de que ocurra degradación en ciertas condiciones adversas definidas. Para su cálculo se consideran sólo factores estables (o por lo menos relativamente estables) como clima, suelo y relieve. La vegetación, uso y explotación actual de la tierra no se tienen en cuenta para que la evaluación no se quede automáticamente anticuada por un cambio del uso de la tierra y para el cálculo del riesgo se maneja un valor estándar adverso como seria la eliminación de la vegetación natural y el abandono del suelo en barbecho desnudo continuo. Esta evaluación marca la tendencia general de las tierras a la degradación. De esta manera se evalúa como se comportaría el suelo si se le somete a una pésima explotación. Partiendo de la evaluación de los riesgos se puede predecir la degradación que soportará un determinado suelo al someterlo a diferentes usos, al ir sustituyendo el valor estándar (suelo desnudo) por los correspondientes a los diferentes usos que se estén ensayando.

Resumiendo, la evaluación basada sobre factores permanentes se denomina riesgos de degradación de un suelo y es independientemente del uso actual que este soportando. Cuando se consideren los factores inestables actualmente presente se obtiene una evaluación de la degradación actual.

 

4.3 Normativa para la evaluación de la degradación

Para evaluar cada tipo de proceso degradante se emplea una determinada propiedad, expresada en unas unidades concretas y se analiza como va cambiando cada año.

Degradación física de la fertilidad: aumento anual de la densidad aparente, en gr/cm3; o bien por disminución anual de la permeabilidad, en cm/hr.

Degradación química de la fertilidad:

Degradación biológica de la fertilidad: disminución anual del humus, en %.

Erosión hídrica y eólica: pérdida anual de suelo, en t/ha/año.

Contaminación: aumento anual de contaminantes, en %/año o en ppm.

Los distintos grados de intensidad de degradación se establecen en una serie de escalas correspondientes a cada tipo de degradación (la diversidad de agentes contaminantes impiden el establecimiento de una escala de uso general), como se resumen en la siguiente tabla.

 

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