Al actuar la edafización de un modo netamente direccional, (desde la superficie hacia el interior) se pasa de un material homogeneo (como es una roca) a un material heterogeneo, estratificado en capas, el suelo.
A estas capas se les denomina horizontes y su superposición constituye el perfil del suelo.
Los horizontes constituyen las unidades para el estudio y clasificación de los suelos.
Los horizontes edáficos son capas aproximadamente paralelas a la superficie, definidas en función de cambios de sus propiedades y constituyentes (que son el resultado de la actuación de los procesos de formación del suelo) con respecto a las capas inmediatas.
Generalmente bastan sólo tres propiedades para establecer la horizonación de un suelo: color, textura y estructura, aunque otras propiedades, como la consistencia, son a veces de gran ayuda.
El mas mínimo cambio detectado (en una sola o en varias de estas propiedades) en el estudio de campo es suficiente para diferenciar un nuevo horizonte .
Los horizontes se ponen, normalmente, de manifiesto en
el campo, en el perfil del suelo, pero los datos de laboratorio son imprescindibles
para confirmar y caracterizar a estos horizontes.