En la iluviación de arcilla se distinguen dos tipos que corresponden a dos fases con condiciones diferentes.
Iluviación primaria o normal
La primera fase es llamada iluviación primaria (que puede ser considerada como la iluviación normal), se presenta típicamente en suelos desarrollados sobre material original sedimentario no consolidado, con buenas condiciones de drenaje, en medios débilmente humíferos, neutros o débilmente ácidos y biológicamente activos. En estas condiciones, si las características climáticas son las adecuadas, las partículas de arcilla se unen al hierro formando complejos estables que pueden migrar conjuntamente a capas más profundas.
Esta fase de iluviación se caracteriza micromorfológicamente, por la existencia de ferriarcilanes de colores rojizos o amarillentos (según que contengan mucho o poco hierro, respectivamente); colores que también aparecen con los nicoles cruzados. Muestran fuertes orientaciones y son homogéneos, observándose solamente microlaminaciones debidas a variaciones en el contenido en hierro que nos delimitan claramente las sucesivas fases de acumulación.
El desarrollo de esta iluviación conduce a la formación de suelos ilimerizados (luvisoles, acrisoles,...) no hidromórficos.
Iluviación secundaria o hidromórfica
La otra fase iluvial, que se puede formar directamente o como consecuencia de esta primera, se denomina secundaria o hidromórfica. Durante la fase anterior, el suelo presentaba una buena estructura, en bloques muy finos y estables pero al desarrollarse la iluviación de arcilla hasta alcanzar el máximo desarrollo, es tanta la arcilla acumulada en los poros que éstos quedan completamente rellenos; la porosidad decrece drásticamente, la estructura comienza a degradarse y van apareciendo propiedades hidromórficas. El medio se va acidificando progresivamente y disminuye la actividad biológica, con lo que los compuestos orgánicos solubles son más estables. Se provoca una cierta reducción, y por tanto, parte del hierro férrico se transforma en ferroso, que como ya es soluble se separa de la arcilla. Ahora la arcilla se compleja con la materia orgánica, formando complejos muy estables que pueden migrar, a pesar de la acidez del medio, a zonas mucho más profundas que en la fase anterior.
Esta fase se caracteriza por la presencia de arcilanes de color blanco o gris verdoso, que son más heterogéneos y presentan bastante limo y materia orgánica, que dificultan la orientación de las partículas de arcilla.
Este proceso conduce a la formación de suelos ilimerizados hidromorfos.
Las condiciones para que se desarrolle la iluviación hidromórfica son: escasa porosidad (mal drenaje, impermeabilidad), estructura degradada, medio ácido, biológicamente poco activo y condiciones anaeróbicas.