Edaforrasgos
Películas: Revestimientos, hiporrevestimientos, pseudomicelios, rellenos y fragmentos.
Recubren una superficie natural del suelo: las paredes de los poros, la superficie de los granos, la de los nódulos y la de los agregados. No están superpuestos a la masa basal (no son impregnaciones; constituyen unidades independientes).
Se describen por su composición, microestructura, por la superficie que recubren y por su origen (iluvial).
Hiporrevestimientos
Son edaforrasgos que se presentan en la matriz, pero adyacentes a superficies naturales (generalmente poros; impregnan la pared interna del poro y no se depositan sobre la pared como hacen los revestimientos).
Suelen ser de tipo impregnativo pero también pueden ser de empobrecimiento.
Son representativos de la movilización de soluciones, típicos para los compuestos de hierro y manganeso, también de carbonatos y yeso, pero muy raros en el caso de las arcillas ya que estas se trasladan como suspensiones que no pueden infiltrase a través de la pared de los poros (estas formaran revestimientos).
acumulación de Fe en la pared
de un poro |
acumulación de un compuesto de Mn
|
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acumulación de carbonatos en la
pared de un poro |
lavado de Fe en la pared de un poro |
lavado de Fe en la pared de un poro |
Pseudomicelios
Se presentan en el interior de los poros formando recrecimientos constituidos por delgados filamentos que se entrecruzan. Son típicos de los carbonatos de origen edáfico.
Rellenos
Son poros que se encuentra totalmente rellenos o casi rellenos de un revestimiento o hiporrevestimiento. Para que sea clasificado como relleno y no como revestimiento (o hipo) debe de ocupar más del 90% del hueco. Este porcentaje definido en el "Handbook" parece excesivo y sería recomendable rebajarlo al 70%, por ejemplo.
Frecuentemente se trata de acumulaciones de arcilla, de carbonatos y de yeso.
Los más frecuentes son los de arcilla
pero también son frecuentes en los suelos salinos los de yeso
Con frecuencia resulta problemático distinguir un nódulo de un relleno. Desde un punto de vista teórico un relleno está relacionado con un poro mientras que el nódulo no. En la práctica como el relleno ocupa todo el poro es difícil reconocer si en un principio había o no poro. A veces la forma puede ayudar (si se trata de una grieta rellena es fácil de reconocer) y otras veces la naturaleza del rasgo (si se trata de arcilla fuertemente orientada, microlaminada, ... tiene que ser un relleno, ya que la arcilla ha de migrar a través de los poros).
Debido a procesos edáficos: cambios de humedad estacionales; hielo/deshielo, actividad biológica, disolución, etc, los revestimientos e hiporrevestimientos se pueden fragmentar y/o deformar (muy frecuentes en los suelos muy arcillosos).
Son frecuentes en los revestimiento de arcilla (llamados pápulas por Brewer, 1964)
Para diferenciar el fragmento de un relleno de arcilla iluvial hemos de fijarnos en la disposición de las laminillas de arcilla frente a los bordes (en algunos lados del fragmento la arcilla no está paralela al borde -ha sido cortada-) y la interrupción brusca del modelo de orientación.