Se caracterizan por su baja cristalinidad, generalmente con gran abundancia de vidrio.
De entre los diversos materiales volcánicos, las cenizas y las tobas son los materiales más fácilmente edafizables.
Se trata de materiales expulsados por las chimeneas volcánicas, transportados al aire y luego depositados en la superficie del terreno.
Presentan un alto contenido en poros vesiculares, frecuentemente con fenocristales de plagioclasa cálcica en una matriz de plagioclasa y vidrio opaco. La abundancia de materiales amorfos origina un tipo de suelo muy específico.