Factores de formación de los carbonatos en el suelo
En la formación de los carbonatos influyen los cinco clásicos factores formadores que condicionan los suelos.
Material original
En condiciones normales, el material original tiene una influencia indudable en el contenido de carbonatos del suelo.
En la mayoría de los casos la roca madre constituye la fuente inicial de carbonatos bien porque ya estaban presentes en ella o porque, aunque originalmente no lo estaban, los carbonatos se han formado en el suelo, por alteración de los minerales primitivos ricos en calcio (plagioclasas, piroxenos y anfiboles, principalmente).
Sin embargo, no son excepcionales los suelos con horizontes cálcicos formados a partir de materiales sin carbonatos ni minerales que podrían generarlos. El origen de los carbonatos, en estos casos, se explica por aportes eólicos o hídricos.
Relieve
En principio, los horizontes cálcicos podrían encontrarse en cualquier tipo de relieve, pero debido a sus específicas condiciones de formación, tienden a acumularse en ciertas posiciones fisiográficas.
La circulación hipodérmica de las regiones calizas hace que los carbonatos migren de las zonas más altas de las colinas y se concentren en las partes más bajas de las pendientes.
Vegetación
La vegetación juega un importante papel en la formación de estos horizontes ya que las raíces de las plantas absorben agua y producen la concentración y consiguiente precipitación de las sales.
Además, la vegetación es capaz de formar cristales de carbonatos que provisionalmente se acumulan en sus tejidos y, después al morir, los carbonatos sintetizados se incorporan al suelo.
La síntesis de carbonatos ha sido observada también como el resultado de la acción metabólica de ciertas bacterias. Existen numerosos autores que han destacado la acción de los organismos en la formación y transformación de los horizontes cálcicos.
Clima
El clima constituye un factor esencial en la translocación de carbonatos en el suelo.
Así en clima húmedo, el proceso representativo es el lavado de carbonatos y es inusual que se presente su acumulación, mientras que en climas árido o semiárido la precipitación es generalmente insuficiente para eliminar los carbonatos del perfil.
Sin embargo, dado que están involucrados en este proceso una serie de parámetros edáficos (tales como la permeabilidad de los horizontes) en ciertas ocasiones el papel del clima puede no resultar evidente.
Por otra parte, debemos tener en cuenta, la posibilidad que el horizonte cálcico que observamos en un suelo se formase en el pasado, bajo condiciones climáticas muy diferentes de las actuales.
En cualquier caso los carbonatos juegan un papel muy importante en las regiones áridas hasta el extremo que el proceso de carbonatación puede ser considerado el más representativo de estas regiones.
Además de la cantidad total de precipitación, su distribución a lo largo del año afecta, decisivamente, al comportamiento de los carbonatos. Así, el clima mediterráneo en el que las lluvias se concentran en los meses más fríos (máxima disolución, mínimas pérdidas por evapotranspiración) y con veranos cálidos y secos (intensa desecación y por tanto precipitación) provee las condiciones ideales para la formación de los horizontes cálcicos.
Edad
Está universalmente aceptado que el proceso de formación de carbonatos es rápido, pero su evaluación cuantitativa es muy difícil ya que intervienen numerosos factores climáticos (cantidad y distribución de precipitación, evapotranspiración, temperatura....) y edáficos (disponibilidad de calcio, permeabilidad, solución del suelo...) están involucrados en su desarrollo.
Las referencias bibliográficas señalan un rango de acumulación que varía entre 0.025 y 10mm/año.
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