Evaluación de Suelos
Tema 1. 1 Evaluación
de Suelos: conceptos. 2 Parámetros
evaluadores. 3 Sistemas de evaluación.
4 Evaluación general de los
suelos. 5 Bibliografía.
6 Test.
1. Conceptos
Como es sabido, el suelo es un componente del medio natural que adquiere su
morfología y propiedades después de una lenta y larga evolución
tras alcanzar un equilibrio con las condiciones ambientales. Es pues un ente
natural en cuya evolución no está prevista, de ningún
modo, su utilización por parte humana. Sin embargo, desde que el
hombre del neolítico dejó de ser recolector y cazador para transformarse
en agricultor y ganadero, el suelo viene soportando una explotación intensiva.
Han sido unos 10.000 años de utilización irracional del suelo
por el hombre, que lo ha empleado para todo tipo de uso sin otro objetivo que
sacarle el máximo rendimiento. Como resultado, el suelo ha llegado a
nuestros días intensamente degradado hasta el punto de encontrarse gran
parte de nuestras tierras de labor, especialmente en las regiones áridas
y semiáridas, en una situación de deterioro irreversible. Para
invertir esta dramática situación, la única solución
pasa por un uso racional del suelo, es decir, utilizar cada suelo para aquello
que presenta mejores características y programar su manejo de manera
que se cause la mínima degradación. Y esto es precisamente el
fin último de la Evaluación de Tierras.
La Evaluación
de Tierras es un sistema de clasificación aplicado que evalúa
la capacidad del suelo para su utilización óptima, es decir, obtener
máximos beneficios con mínima degradación. Puede definirse
como “cualquier método que mida, o sea capaz de predecir, el uso
potencial de una tierra” (McRae y Burnham, 1981).
Los distintos
tipos de suelos presentan propiedades muy diferentes (figura 1), por lo que
su respuesta frente a cada tipo de utilización es muy diferente y la
Evaluación de Tierras se basa en que esta respuesta es función
de estas propiedades y por tanto conociéndolas se puede predecir el comportamiento
del suelo frente a una determinada utilización.
Figura 1. Si recordamos algunos tipos de suelos representativos podemos ver lo diferentes que son. Sus propiedades son muy distintas: profundidad, horizonación, contenidos en materia orgánica, carbonatos, pH, etc (fotos: J. Aguilar, R. Calvo, C. Dorronsoro, F. Macías, E. Ortega, R. Ortíz, M. Simón).
Del estudio de las propiedades se puede inferir distintos grados de idoneidad
del suelo para cada fin propuesto. Estos grados se reflejan en unos mapas de
capacidades o aptitudes de uso, sobre los cuales se hacen las correspondientes
recomendaciones de uso para la planificación racional del suelo y del
territorio.
Las dos ideas
básicas de la Evaluación de Suelos son:
1. No todos los suelos son iguales. La Evaluación de Suelos
está basada sobre la idea de que la respuesta del suelo a un determinado
uso es función de sus propiedades, y por tanto conociendo estas se puede
predecir su comportamiento. Desde un estudio de las propiedades se puede establecer
distintos grados de idoneidad de un suelo para un determinado uso (y por tanto
clasificarlo).
2. El uso degrada al suelo. El objetivo final de la Evaluación
de Suelos es establecer el grado de idoneidad de un suelo para un uso, pero
no exclusivamente desde el punto de vista de los rendimientos actuales sino
teniendo en cuenta la degradación soportada por el suelo. Esta degradación
representaría una pérdida de productividad futura. Por tanto se
ha de perseguir el máximo rendimiento actual sin comprometer el futuro,
en definitiva: máximos beneficios con mínimo deterioro.
1.1 ¿Evaluación de Tierras o Evaluación de
Suelos?
Como se pretende
que la Evaluación de Tierras ofrezca resultados prácticos que
se puedan materializar en los planes de ordenación del territorio, los
estudios de Evaluación de Tierras no pueden quedar limitados al análisis
del medio físico del suelo sino que han de ir acompañados de los
correspondientes estudios socioeconómicos que permitan valorar la rentabilidad
de los usos de la tierra propuestos en base al análisis de costos/beneficios
y demanda. La Evaluación de Tierras permite predecir el comportamiento
biofísico y económico de las tierras para usos actuales y potenciales.
De lo anteriormente expuesto se deduce que los estudios de Evaluación
de Tierras han de ser realizados por un equipo interdisciplinar, compuesto por
científicos de suelos, edafólogos, agrónomos, ecólogos,
geógrafos, sociólogos y economistas, entre otros. Un equipo tan
diverso es muy difícil de conjuntar, dada la formación científica
tan diversa y el enfoque partidista y la terminología científica
de cada especialista. Es por esto que, como han puesto de manifiesto numerosos
autores los estudios completos (biofísicos y económicos) de Evaluación
de Tierras han sido hasta el momento muy escasos, quedando reducidos la gran
mayoría de ellos a estudios del medio físico, por lo que el término
de Evaluación de Tierras resulta muy confuso.
Dada la indudable
importancia que representa el estudio del suelo en una Evaluación de
Tierras, se ha propuesto el término de “Evaluación de Suelos”
para el estudio de la evaluación de las propiedades del suelo como una
fase previa en la Evaluación de Tierras. Entendiendo las propiedades
del suelo en su sentido más amplio, incluyendo tanto a las intrínsecas
(las del suelo en sí mismo: profundidad, textura, etc) como a las extrínsecas
(de la superficie del suelo: topografía, clima, hidrología, vegetación
y uso, etc).
En
un principio se utilizaron los términos de “Evaluación de
Suelos” y “Evaluación de Tierras” indistintamente pero
pronto se impuso el término de Evaluación de Tierras y el término
de Evaluación de Suelos quedó en desuso. El desarrollo realizado
hasta la fecha por los estudios de Evaluación de Tierras aconsejan retomar
el término de Evaluación de Suelos y aplicarlo en su sentido más
amplio, ampliando su significado a todas las características que afectan
al suelo, ya sean las propiedades del suelo en sí mismo como todas aquellas
relacionadas con su superficie, separándolo del término de Evaluación
de Tierras. Evaluación de Suelos será así semejante a lo
que hoy se entiende por Evaluación de Tierras pero excluyendo todas las
características sociales, económicas y políticas.
La Evaluación
de Suelos se analizará posteriormente desde una perspectiva político
social y económica para desarrollar la Evaluación de Tierras que
será la base para la planificación regional final.
Al proceder de esta manera, separando la Evaluación de Suelos, como base
para la Evaluación de Tierras se persiguen varios objetivos:
i) Facilitar la realización de estudios de Evaluación de Suelos
por los científicos de suelos (edafólogos), que están plenamente
capacitados para la evaluación de los suelos pero que encuentran gran
dificultad en la valoración de los aspectos politicosocioeconómicos,
tales como mano de obra, nivel de capacitación, disponibilidades de maquinaria,
tamaño y situación de las fincas, costes, inversiones, demanda
de mercados, infraestructuras, redes de distribución, capitales propios,
subvenciones oficiales, políticas agrarias, etc.
ii) Evitar la confusión que el uso actual de Evaluación de Tierras
ha generado. Ya que frecuentemente se ha usado este término para evaluar
sólo aspectos biofísicos de los suelos sin complementos politicosocioeconómicos.
iii) Proporcionar unos documentos basados en datos biofísicos mucho más
estables que los aspectos politicosocioeconómicos, de carácter
muy variable, dependientes de decisiones económicas, sociales, políticas
y de mercado.
iv) Al estar los estudios de Evaluación de Suelos basados en datos biofísicos
bastante estables, sus evaluaciones pueden ser fácilmente adaptadas según
los cambios coyunturales.
v) Como bien han indicado muchos autores, un plan de Evaluación de Tierras
sin contar previamente con unos clientes concretos carece de sentido. La Evaluación
de Tierras ha de realizarse a petición de un cliente, ya sea a nivel
individual, o grupos (sociedades, cooperativas) o gobiernos (locales o nacionales)
y ha de estar respaldada por la normativa legislativa necesaria que permita
implementar el plan en la práctica. Pero esta situación, desgraciadamente,
no es ni mucho menos frecuente. Así si nos atenemos a esta situación
ideal los estudios de Evaluación de Tierras quedarían restringidos
a contadas ocasiones. Sin embargo, pensamos que los estudios de Evaluación
de Suelos pueden ser válidos por sí mismos, sin necesidad de una
petición previa, simplemente la Evaluación de Suelos se puede
realizar en cualquier momento como un importante aporte para conocer la calidad
de los suelos de una región, como un recurso medioambiental, tan importante
como puede ser conocer los tipos básicos de suelos, la litología,
la geología, la hidrología, etc.
Evaluación de Suelos + Evaluación politicosocioeconómica
= Evaluación de Tierras
La
Evaluación de Tierras será necesaria tanto para un estudio regional
de planificación del territorio como para el caso particular de un cambio
en el uso de una parcela concreta. La Evaluación de Tierras ha de ser
capaz de predecir el comportamiento concreto de un suelo para un uso nuevo.
Pero al enfocar un plan de Evaluación de Tierras hay que tener siempre
presente que bien realizado debe de producir importantes beneficios mientras
que mal calculado conllevará inevitablemente a grandes pérdidas
y, aún peor, a degradaciones irreversibles.
1.2. Necesidad de la Evaluación
de Suelos.
La Evaluación
de Suelos no es necesaria siempre que se mantenga invariable la situación
de uso y de propiedad del suelo, pero resulta muy conveniente, cuando no imprescindible,
si se producen determinados cambios. La evaluación se considera como
un requisito previo a la consideración de alternativas de uso del suelo
(si bien en nuestro país no existe todavía una conciencia generalizada
sobre el uso racional del suelo). Así será recomendable, cuando
no imprescindible, realizar una Evaluación de Suelos en las siguientes
situaciones.
• Cambio en el uso
del suelo por exigencias socioeconómicas (la explotación que deja
de ser rentable, o por limitaciones gubernamentales, etc) o conservacionistas
(para corregir la degradación).
• En la planificación
regional y ordenaciones del territorio la calidad del suelo ha de ser un criterio
prioritario de programación (áreas de cultivos, lugares para pastos,
zonas de bosques, áreas recreativas y de ocio, reservas naturales, suelo
urbano e industrial, etc).
Obsérvese detenidamente estas dos imágenes de satélite de un olivar.
En esta finca de los alrededores de Granada no
se ha tenido en cuenta las calidades de los suelos y se ha realizado una siembra
de olivos sistemática. La imagen muestra claramente como el desarrollo
del olivar es muy diferente cambiando el desarrollo de los árboles en
zonas muy próximas incluso llegando a fallar el crecimiento en algunos
sitios. Se observa que en las zonas más blanquecinas el desarrollo se
encuentra muy limitado esto es debido a: un contenido elevado de carbonatos
y, posiblemente, un suelo más delgado (posiblemente están situadas
en las partes altas de las pequeñas elevaciones del terreno).
• En operaciones
oficiales (expropiaciones forzosas, concesiones de ayudas, herencias, impuestos,
etc).
• En transacciones
comerciales (entre particulares, créditos bancarios, etc.).