6. Vías de contaminación
FASES DE CONTAMINACIÓN
La contaminación soportada por los suelos
se puede considerar desarrollada en dos fases.
I. Contaminación inicial. Se produce inmediatamente a la llegada de las aguas y los lodos tóxicos. Cuando llega el vertido los suelos estaban secos, encontrándose agrieteados. Las aguas se infiltran masivamente a través de los suelos, mientras que los lodos quedan fundamentalmente sobre la superficie de los suelos, recubriéndolos, y sólo una pequeña parte de ellos se introduce en el suelo a través de la macroporosidad.
Es importante separar la parte de la contaminación debida al agua de la originada por los lodos, ya que en el primer caso se trata de contaminantes solubles que han impregnado masivamente los suelos (contaminación uniforme, contaminantes muy móviles, potencialmente tóxicos, bioasimilables) mientras que el segundo caso los metales se encuentran en fase insoluble y se han introducido con carácter puntual, localizados en los macroporos del suelo (desigualmente repartidos, inmóviles, no actualmente tóxicos y no bioasimilables).
La contaminación atribuible a los lodos la podemos obtener a partir de la concentración del Bi en los suelos contaminados, ya que este metal no estaba presente en las aguas tóxicas. La cantidad de lodo que ha penetrado en cada suelo (Z) se puede calcular por la ecuación:
donde LBi es la concentración en Bi del lodo, SCBi y SNCBi la concentración de Bi en los suelos contaminados y no contaminados, todos ellos expresados en mg kg-1.
La ecuación (1) presupone que en cada zona la concentración de Bi del suelo no contaminado fue la misma que la que había en suelo contaminado antes de que llegara el vertido, lo cual puede introducir algún error. De cualquier forma, los resultados mostrados en la tabla 8 indican que la penetración de los lodos en los suelos fue muy irregular, variando considerablemente de un sector a otro de acuerdo con las características de los suelos, especialmente la estructura. En general, la penetración de los lodos disminuyen con la profundidad del suelo, con el tamaño creciente de la estructura y conforme su grado de desarrollo disminuye. La única excepción es el sector del Puente de las Doblas (D), donde el suelo tiene un alto contenido en gravas que aumentan con la profundidad (tabla 1), facilitando la entrada de los lodos. De todos los suelos la máxima contaminación se produce en Pescante, con un 1364% con respecto al suelo no contaminado: Este elevado valor es el resultado del cultivo de algodón, con un intenso arado que intensifica las grietas ya de por sí numerorosas en este suelo de fuerte estructura. En dos sectores la contaminación es del orden del 135% (M y Q) mientras que los valores menores de contaminación se presentan en los suelos carentes de estructura (SO y A).
Conociendo la cantidad de lodo que entró en el suelo (Z, en g kg-1) y la concentración de cada metal pesado en el lodo (Li, en mg kg-1 ), se puede calcular la cantidad de cada elemento (Si) que entro con el lodo (Ecuación 2).
La contaminación debida al agua (Ai ) puede calcularse por diferencia entre la contaminación total y la atribuida al lodo., según la siguiente ecuación.
donde (SCi - SNCi, en mg kg-1) es la contaminación en el suelo de cada elemento "i".
Los resultados se reproducen en la tabla 9 e indican que el rango de contaminación para cada metal pesado es muy amplio, así como el porcentaje que entró con el lodo. En el caso del Cu, Zn y Cd sólo del orden de un 20% entro en forma sólida y por tanto un 80% llegó en fase soluble con el agua. Por el contrario, As y Sb entraron fundamentalmente con los lodos (alrededor de un 95%) y sólo una escasa parte llegó con el agua (5%). Por ora parte, PB y Tl presentan un comportamiento intermedio, aunque con claro predominio de la fase sólida en ambos casos. Como era de esperar, la contaminación es menor en el horizonte subsuperficial y también disminuye su porcentaje de fase sólida.
Si se piensa que la contaminación debida al agua es simplemente por el agua de infiltración que ha sido retenida en los poros y al evaporarse ha acumulado en el suelo los metales que llevaba disueltos, al calcular las cantidades de contaminación debidas al agua salen unos valores muy altos en la siguiente figura se reproducen los valores correspondientes al Cd.
Mediante la membrana de Richards se ha calculado la capacidad de retención de estos suelos y conociendo la concentración de los distintos metales pesados que llevaba disueltos se ha calculado la cantidad de contaminación correspondiente. Las cantidades resultantes han sido muy inferiores a las calculadas para la contaminación debida al agua. Dado que en el momento se que tomaron las muestras sólo había pasado unos pocos días desde el vertido y durante ese periodo no se habían producido ningunas lluvias sobre la zona, ese exceso de contaminación (que no era debida al agua retenida) sólo puede ser atribuida al agua gravitacional. El agua que pasó a través del suelo perdió parte de sus contaminantes, los cuales quedaron retenidos en el suelo. LOS SUELOS HAN FUNCIONADO COMO AUTODEPURADORES DEL MEDIO AMBIENTE, evitando que parte de los metales alcanzaran el subsuelo y los niveles freáticos de la región.
6.Vías de contaminación: Contaminación secundaria